Los grandes poetas son personas especiales que han dedicado su vida al lenguaje que unifica la mente y el corazón, han investigado en profundidad la mente y las palabras y la relación íntima que existe entre el paisaje interno y el paisaje externo.

234324No es casual que las antiguas tradiciones hayan expresado poéticamente sus visiones y sus comprensiones porque, a fin de cuentas, maestros y poetas son los exploradores intrépidos de lo que es y los custodios explícitos de lo que puede ser.

Como sucede con todo arte verdadero, las lentes que nos han legado los grandes poetas no sólo aumentan nuestra visión sino, lo que todavía es más importante, nuestra capacidad de experimentar la intensidad y relevancia de nuestra situación, de nuestro psiquismo y de nuestra vida.

La poesía brota por igual en todas las culturas y tradiciones del planeta, hasta el punto de que bien podríamos decir que los poetas son -y siempre han sido- los custodios de la conciencia y el alma de la humanidad, y que os muestran aspectos muy diversos de una verdad que debe ser reconocida y contemplada, nos ofrecen un misteriosor regalo que haríamos bien en valorar, degustar y explorar.

La poesía nos posibilita atisbar lo «esencial», que se oculta más allá de lo esperado, favoreciendo así el autoconocimiento, aunque, en ocasiones, esa visión no siempre sea consoladora, sino perturbadora e inquietante, porque nos revelan el espectro completo de luces y sombras que atraviesan los fieltros de nuestra mente y movilizan las corrientes subterráneas de nuestro corazón.

En sus momentos más inspirados, los poetas expresan lo inefable y, en tales ocasiones, por alguna misteriosa gracia otorgada por las musas y el corazón, se transfiguran en maestros de la palabra que trascienden las palabras, forjando, modelando y apuntando hacia lo sublime y permitiendoque nuestra participación les insufle vida.

Los poemas cobran nueva vida cuando permitimos que su lectura o su escucha nos conmueva, cuando nuestra sensibilidad e inteligencia pende de cada palabra, de cada evento y de cada instante, cuandonuestra respiración se suspende al evocarlos y cuando el poder sugestivo de sus imágenes nos transporta, más allá de todo artificio, de vuelta a nosotros y a lo que realmente es.